Inauguració exposició de VICENÇ OCHOA

Inauguració exposició de VICENÇ OCHOA

VICENÇ OCHOA. YULISSA Y LOS MARES DE LA ILUSIÓN

LA POSIBILIDAD DE UNA ESPERANZA

Hay sentimientos que nacen de dentro, de las entrañas, del corazón. Corazones que sangran. Heridas para las que no existen bálsamos. Dolores difusos pero cautivos que tiñen la vida y queman la mirada buscando refugio del naufragio.

Son achaques del alma. Del alma como isla. Asediada por el mar. Sin escapatoria. Un mar que en una isla no puede dejar de ignorarse. “La maldita circunstancia del agua por todas partes” de la célebre frase del escritor cubano Piñera. Un territorio sin límites, abierto para poder perderse pero quizás camino en el que encontrar. Un mar, pues, como frontera pero también como esperanza.

Hay islas que a veces duelen, como Cuba. Una isla lejana pero a la vez hermana. Sentimientos compartidos marcados por la conciencia de la finitud y la inutilidad de la fuga: uno siempre vuelve. “De isla a isla” tituló Vicenç Ochoa su anterior exposición de fotografía. Ineludible su condición de islas, alcanzables sólo cruzando los mares, el nuestro, el Mediterráneo, y el Caribe. Un encuentro de soledades.

Vicenç Ochoa se escucha, y escucha los lamentos de quienes no pierden la esperanza, ni la inocencia, ni la ilusión, y encuentra en ellos cobijo. Lo encuentra en Cuba, su isla refugio, la isla donde el mar es más frontera.

Así, las imágenes fotográficas que presenta, marcadas por una atmósfera de total oscuridad, no pueden ser más verdad. Su gestación ha brotado de ese sentimiento dolido de isla, de su propio dolor, y de ese hallazgo de luz en la ilusión, en la inocencia, en la esperanza: desde las tinieblas, una sombra sólo intuida, Yulissa, portadora de luces radiantes, destellos de entusiasmo, encarna la inocencia, la pureza, el aliento, y ¿por qué no?, el bálsamo.

Vicenç Ochoa maneja eficazmente el símbolo elocuente y aquí acierta más que nunca. A su repertorio simbólico -el corazón, la rosa, la manzana- se añaden ahora esos anillos luminosos que tiñen, con guiño festivo y artificial, la oscuridad sólida de la que irrumpen. La lectura queda abierta y alcanza todos los matices. Y todas las respuestas.

Son imágenes edificadas desde lo más propio, pero son también universales. Hallazgos que parten de un dolor que busca remontarse en la esperanza aprendida del otro, de lo otro. Es una imagen, que es Yulissa, simbolizando la frescura, la inocencia; son los anillos de colores brillantes -mercancía de los chinos- como objetos mágicos, transformadores; pero es también la imagen de todo aquel que está desamparado, pero que mantiene la ilusión, la esperanza.

El alma se serena, el dolor se aquieta. Sí que hay bálsamos.

                                                                                                                   ASUN CLAR

 



procesando datos

Cargando mapa...

 

Este negocio no tiene vídeos.

Este anuncio no tiene comentarios.

Deja tu opinión

* Datos obligatorios

VER DATOS DE CONTACTO